martes, 7 de diciembre de 2010

Miénteme.

Llévame al café y prepara la última copa, que yo me dejo llevar. Planea mi asesinato mientras me fumo el último cigarro. Sentémonos cara a cara y matémonos con las miradas, como si nunca nos hubiésemos conocido. Evadámonos de este mundo en dirección a una cama, que el cielo puede esperar. Portémonos mal, seamos traviesos, juguemos. Y volvamos a empezar, poco a poco, como si fuera la primera vez, como si no dejase marca.

Déjame besarte una vez más.



martes, 22 de junio de 2010

11.

Película.

Arroz. Llamas. Tranquilidad. Arañazos. Pescado. Gritos. Cassei. Santiago. Ordenador. Dientes. Psicólogo.

Conversación.

Calcetines. Imperfección. Copas. Sinceridad. Pecho. Cama. Camiseta. Timbre. Platos. Cigarro. Carbonara.

Descansar.

Ahora. Beso. Agua. Delantal. Puerta. Toalla. Sudor. Apuntes. Almohada. Abrazo. Móvil.

Sexo.

- Hola! - dijiste. Y en mi cabeza sonó "he venido para quedarme".

martes, 11 de mayo de 2010

Trenzado

A veces Emir Kusturica vuelve a mi recuerdo, como un flashback surrealista en el que apareces tú y un cerdo comiendo chatarra. ¿Qué más da si cuando se encienden las luces de Ruta no me espera tu voz susurrándome al oído “no me hagas esto”? Ya no encuentro tus manos buscando las mías, ni tus ojos clavándose en mi conciencia. Y revolviendo en mi mochila siempre encuentro tus recuerdos, el frío polar de aquellos días que compartimos calentándonos los huesos, deshaciendo trenzas…

Dime al menos que todavía no te has ido, que yo no estoy en un matadero clandestino. Dime al menos que lo recuerdas, que todavía sabes calmar a la fiera.

martes, 23 de marzo de 2010

Aviones

Había pasado por delante tuya al subir a aquel avión, sin inmutarme, sin fijarme en esos ojos que anunciaban pasión. Pobre incauto yo, que me había dedicado durante todo este tiempo a contemplar el paisaje que se distinguía a través de la ventanilla, sin darme cuenta de que lo que realmente importaba estaba sentado a mi vera. O sentada, mejor dicho. Leías tranquila a Miguel Hernández, acariciando cada página como si en ella fuera un poco de tu vida. O de la mía, que poco a poco se perdía en los rizos de tu pelo.

Un torbellino nos engulló. El avión se tambaleaba, pero tú no parecías inmutarte. Tú y tu pelo rizo, quieto, como parado en el tiempo, haciéndome sentir cada vez más y más pequeño, vulnerable, idiota, histérico... Me preguntaba si serías real, si al intentar tocarte no despertaría de aquella pesadilla tan veraz, si aquel viaje no sería más que la expresión de mis más profundos miedos, la tortura a la que mi subconsciente me sometía sin motivo aparente.

De nuevo la calma. Y tus ojos. Esos ojos que ahora me miraban, haciéndome arder por dentro de deseo. Y el suave cosquilleo de tus labios en mis oídos, diciéndome que me relajase, que aquello no era el infierno, que tú no eras el demonio.

Ni yo un santo.

lunes, 8 de marzo de 2010

Carnal.

En noches extrañas, absurdas como una película de Emir Kusturica, nos herimos el alma. Lo hicimos lento, marcando las pausas, al suave son de las teclas de aquel piano que seguía resonando en mi cabeza. Y entró la guitarra y nos volvimos locos, arañándonos la piel bajo la ropa sudada, pensando que jamás deberíamos habernos metido en esto, deseando tirarnos de cabeza a la piscina en la que nadan nuestros más húmedos deseos. Y gritando nos dimos cuenta de qué era el sexo.

Al son de nuestros jadeos la banda tocaba los últimos temas, pidiéndonos por favor que no provocásemos incendios de nieve.

jueves, 7 de enero de 2010

9mm

9 milímetros en mi oído me impiden escuchar lo que dices. 9 milímetros zumbando, volviéndome loco, impidiéndome ser racional. 9 milímetros eternos me separan de tu boca. 9 milímetros que jamás podré recorrer.

y yo ahogándome en un charco de sangre.

martes, 5 de enero de 2010

Susurros

A veces el mero hecho de viajar a otra ciudad puede cambiar tu forma de ver las cosas. La vida a veces no es tan asquerosa cómo nos quieren hacer creer. Crisis? What Crisis? que diría Supertramp. La existencia por si mismo es un síntoma de que la crisis no es más que una ilusión del sistema, como un dejà-vu en Matrix que te hace recordar aquello que nunca has vivido. Y susurrarle al oído a una morena puede ser un detalle sin importancia. O una declaración de amor. O tu nota de suicidio. O el recuerdo que guardas de aquella noche en la que todo lo que parecía no ser era, en la que todo lo que nunca voló volaba.

A veces el mero hecho de viajar a otra ciudad es una ilusión de tu subconsciente, que consciente de tu agobio, te hace volar.